viernes, 29 de mayo de 2009

¿Para qué estamos aquí?

He oído una frase en la radio que me ha parecido muy interesante:

"No me resigno a pensar que, cuando yo me muera, siga el mundo como si yo no hubiera vivido"

Qué gran verdad, ¿no? ¡Qué triste pensar que todos nuestros afanes y esfuerzos en este mundo, al final, no servirán para nada!

¿Quieres que esto no te pase? Pues habrá que pensar en llevar una vida que deje huella... pero no huella en los libros o en las crónicas de actualidad, perecederas como ellas solas. Sino huella en los corazones. Es en los corazones de los demás donde las huellas quedan marcadas como las pisadas en cemento fresco, o como las rodadas en asfalto derretido.

Ah, y recordad que la huella en los corazones se marca desde el silencio y la humildad. Cuanto más espectaculares sean vuestros actos, menos profunda y más efímera será la marca que dejéis en este mundo.

A veces hago un ejercicio que quizás os parezca un poco masoca, pero que es muy interesante. Consiste en pensar "¿Si sigo así, qué dirán mis familiares y amigos en mi funeral?" A lo mejor os ayuda a afrontar la vida de otra forma.

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