lunes, 5 de octubre de 2009

Hay infidelidades e infidelidades

Leo en “Cognitive Daily” un artículo sobre infidelidades. Y, según una buena pila de estudios, los hombres y las mujeres tenemos un enfoque diferente hacia la infidelidad:

  • Para los hombres, es peor una infidelidad sexual que una infidelidad amorosa. Es decir, que jode más que tu pareja se acueste con otro tío, que el hecho de que suspire por cruzarse paseando con él por la tarde
  • Las mujeres, al contrario, se fastidian mucho más por la infidelidad amorosa: no se trata tanto de que te acuestes o no con tu secretaria, sino de si sueñas con ella

Curioso, no? Evolutivamente, podemos encontrar una explicación moderadamente satisfactoria: el hombre necesita saber que los hijos son suyos, que el esperma que fecunda los óvulos de su pareja es suyo… por lo tanto, estamos “programados” para que nos cabree la infidelidad sexual. Por el contrario, la mujer está interesada en que el macho cuide de la progenie a largo plazo, por lo que una relación sentimental alternativa supone un problemón de agárrate y no te menees.

Ojo, que luego me tildan de machista. Esto es una explicación meramente evolutiva. Otra cosa muy diferente son los roles que luego hemos ido desarrollando en la sociedad (y que el excedente de recursos nos ha permitido asumir).

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