martes, 16 de febrero de 2010

En defensa del error

Lo diré bien clarito: no me gusta nada cómo está percibido el error en nuestro país.

Y es que tenemos a confundir error con fracaso. Y es esta confusión la que es el fracaso en sí misma. ¿Que has montado una empresa y se ha hundido? Mal rollo para encontrar trabajo después. ¿Que la has liado en una relación sentimental a largo plazo? Eso es que eres un rarito que no hay por dónde cogerte. ¿Que has comprado unas acciones que han bajado un 40% el último año? Eso es que eres un lerdo que no sabes de economía.

Pero, por suerte, hay sitios donde equivocarse es visto como aprendizaje. Así, en los tres ejemplos anteriores: 1) Ya sabes aspectos críticos en los que puede fallar un negocio, 2) con tu próxima pareja te centrarás en lo importante, desde el principio, desde elegirla hasta mantener viva la llamita y 3) la próxima vez seguro que tienes una visión más completa del mercado bursátil.

Y es que, en mi opinión, inteligente no es el que no se equivoca nunca, sino el que aprende con pocos errores. Prefiero un tío que actúa y se equivoca alguna vez a otro que, no mueve ni un dedo con tal de no tener un borrón en su historial.

Los que tengáis hijos, por favor, animadles a experimentar y a equivocarse. A caer y a levantarse (este es un aspecto en el que está demostrado que los videojuegos son muy educativos… en eso de tener que intentar quince veces la misma pantalla hasta conseguir pasarla, y percibir como algo lógico las otras 14 veces que te han matado).

Y para cerrar, una frase de un tipo mucho más listo que yo:

“Un experto es una persona que ha cometido todos los errores posibles en su campo de conocimiento” (Niels Bohr)

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