miércoles, 27 de mayo de 2009

Manda huevos... "Ponerse tetas"

 

Es triste, pero ya no nos resulta sorprendente. La ministra Aído dijo ayer, en las Mañanas de Cuatro:

"No se rompía la patria potestad cuando en el año 2002 aprobaron (los del PP) la Ley de Autonomía del Paciente, por la cual se permite que cualquier joven pueda operarse de lo que quiera, incluido de cirugía estética, ponerse tetas, por ejemplo o incluso someterse a una operación de cambio de sexo..."

No hace falta que os ponga en situación, ¿no? Bueno, por si acaso: estas declaraciones se enmarcan en el revuelo social generado por la píldora del día después. En concreto, por la medida que permite, a las menores de 16 añitos, acceder a dicha pastillita sin necesidad de consentimiento paterno.

Bueno, bueno, bueno... Parece una frase a la que se le puede sacar jugo con bastante facilidad. De todas formas, me gustaría destacar 5 ideas, yendo de lo más superficial a lo menos evidente:

1.- Empezando por las formas... ¿A esta señora no le han enseñado que hay "registros" lingüísticos?¿Y que es un rasgo de cultura el saber adaptarse a cada registro? Vamos a ver, señora Ministra... "ponerse tetas" lo puede decir cuando esté tomando un café con sus amigas, que me supongo serán un grupo de frígidas insatisfechas -registro culto- o una panda de malfolladas -registro vulgar- (obsérvese la diferencia). Lo puede decir cuando esté esperando que le atiendan en la peluquería. Pero de ahí a decirlo en un medio de comunicación, media todo un abismo. Así pues, primer punto negativo.

2.- Vamos un poco más al fondo, sigamos escarbando. Esta señora pone, a la misma altura, dos decisiones que son, en su esencia, radicalmente diferentes: por un lado, está la decisión de aceptar o no un posible embarazo; por otro, operación de cirugía estética. No seamos bestias, y veamos la "pequeña" diferencia: un embarazo el mayor don que tiene una mujer, la capacidad de dar el ser a otra persona, y ponerse tetas es un mero apaño para intentar arreglar la fachada (desde el punto de vista visual, porque al tacto son bastante decepcionantes). Vamos, es como decir: "como a los 13 años sé montar en bicicleta, entonces puedo ser jefe de gobierno. Os reto a hacer una encuesta entre las madres y las "operadas". A ver el calado existencial que supuso la experiencia respectiva para cada una de ellas, y extraed conclusiones.

3.- No había caído yo en la tremenda madurez que tiene una muchachilla de menos de 16 años. Si es capaz de tomar la decisión de tomar la píldora, ¿por qué no pueden votar?¿Por qué no pueden tener sexo con mayores de edad?¿Por qué no pueden conducir? Convendréis conmigo en que todas éstas son decisiones menos relevantes que el hecho de continuar o no un embarazo.

4.- Señores del PSOE... ¿No se les ha ocurrido atacar al PP en la línea de flotación? Los ciudadanos que están en contra de la píldora para menores son, en su gran mayoría, los que están contra la píldora en cualquier escenario. ¿No se les ha ocurrido sacar a relucir que el maravilloso gobierno del PP fue el que, en su día, aprobó la píldora? No sé, es una idea de contraataque un poquito más inteligente que la de comparar churras con merinas.

5.- Señores de la Iglesia: ¿dónde están esas manifestaciones masivas de defensa de su doctrina, como con el matrimonio homosexual?¿No recuerdan que la píldora del día después es totalmente contraria a la doctrina de la Iglesia? Ay, se me olvidaba, claro, que la aprobación inicial de la píldora la hizo el gobierno de Aznar. Entonces, se les absuelve, ¿no? Claro, como son del PP. Miren que me da pena que la Iglesia de este país sea tan sectaria, partidaria y casposa. Pero es lo que hay.

Aquí os dejo, a la espera de poder reírnos de otro ministro.

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