Esta crisis ha sacado lo peor de muchas empresas, y de muchos de sus directivos. Hemos visto compañías reflotadas por el gobierno que luego pagaban dinerales a sus directivos. Hemos visto compañías que, a pesar de necesitar imperiosamente fusionarse para sobrevivir, no lo han hecho, porque sus directivos tenían miedo a perder sus puestos, a perder poder o a ganar menos dinero.
En fin, creo que hemos vivido una situación en la que los consejeros delegados de las compañías se han creído los dueños de las empresas. Y están muy equivocados.
En realidad, están ahí al servicio de los accionistas, los clientes y los empleados (a cambio de un pastizal, vale, pero están para servir). Son el enlace entre ellos, y deben buscar el maximizar el valor generado por la compañía para cada uno de ellos.
Creo que esta viñeta resume perfectamente la realidad económica que hemos vivido en este año que se acaba. Esperemos que el 2010 traiga bonanza económica, pero sobre todo, que traiga más bondad a los corazones de las personas con responsabilidad en nuestra sociedad.
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